En 2023, mientras empezaba su dura batalla con la enfermedad que habría de costarle la vida, Preta Gil descubrió que su marido le era infiel con una mujer que, para más, era alguien de su entorno más cercano. Esta es la historia de lo que ella contó.
Preta Gil murió a los 50 años debido a complicaciones relacionadas con un cáncer. El fallecimiento ocurrió el domingo 20 de julio de 2025, después de una larga batalla contra la enfermedad que había sido diagnosticada en enero de 2023.
Durante el tratamiento, la artista enfrentó uno de los momentos más difíciles de su vida personal: descubrió que su entonces esposo mantenía una relación con una exempleada suya, lo que ella misma calificó como un golpe en medio del sufrimiento físico y emocional que ya enfrentaba.
Preta llegó a expresarse públicamente, antes de morir, sobre cómo vivió el proceso de separación, la traición amorosa y los impactos emocionales que esto tuvo en su salud. El caso cobró relevancia en redes sociales y medios de comunicación, tanto por la figura pública que era Preta, como por el contexto en el que ocurrieron los hechos.
La opinión pública fue lapidaria: “Ella era mucho para él”, expresó una usuaria. “Tan linda de novia, se casaron en la iglesia, hicieron un juramento, estoy segura de que si se hubiera enfermado él, ella estaría a su lado”, protestó una más. Otra lo llamó “sin corazón”, y otra persona lo calificó de “lindo y macabro”. Esto es lo que pasó.
Traicionada en su momento más oscuro
En octubre de 2023, durante una entrevista en el programa “De Frente com Blogueirinha”, Preta relató con detalle el doloroso proceso de descubrir que Rodrigo Godoy la estaba engañando mientras ella atravesaba el tratamiento. Dijo que lo más doloroso no fue la infidelidad en sí, que para ella es algo humano que puede ocurrir y que estaba dispuesta a perdonar, sino el abandono, la mentira y la manipulación: “Me abandonó. Con cáncer. Literalmente me abandonó”.
Ella explicó que, durante su diagnóstico, su entonces pareja salía con frecuencia, mientras ella permanecía en casa en estado de vulnerabilidad, al cuidado de otra gente: “Eran mis amigas y mis amigos los que me daban de comer, los que me bañaban, mientras él estaba fuera”.
Preta también comentó que tardó en notar la infidelidad, porque en un principio sus amigos no se animaban a contarle nada, temiendo afectar su salud. Sin embargo, con el tiempo comenzaron a protegerla y ayudarla a confrontar la verdad. Fue solo después de la separación que ella misma empezó a juntar las piezas, presionando a ambos involucrados para que admitieran el vínculo amoroso que mantenían.
