Los ataques a Nagasaki e Hiroshima durante la Segunda Guerra Mundial se consideran entre los actos más devastadores e inhumanos de la historia, pero en realidad existió una bomba mucho más poderosa, creada unas décadas después, aunque afortunadamente nunca se llegó a utilizar. Dicen que la guerra nunca cambia, pero las cosas sin duda cambiaron cuando Estados Unidos impuso la bomba atómica. «Ahora me he convertido en la muerte, el destructor de mundos», fueron las palabras de J. Robert Oppenheimer tras su horrible creación, y se erige como una herramienta excepcionalmente poderosa utilizada en la guerra durante el siglo pasado.
Basta con ver vídeos de explosiones masivas de bombas para comprender la verdadera magnitud de su destrucción, y es probable que sienta escalofríos al comparar algunas de las detonaciones más grandes de la historia del mundo. Sin embargo, podría sorprenderle descubrir que las bombas “Little Boy” y “Fat Man”, lanzadas sobre Hiroshima y Nagasaki respectivamente, estaban lejos de ser las más grandes de su tipo, y las fuerzas soviéticas, de hecho, probaron un gigante que, según se informa, era 3300 veces más potente tan solo unas décadas después.
Si bien se denominó “solo” con una potencia explosiva de 50 megatones, la Bomba del Zar tenía la capacidad de transportar el doble, y los ingenieros consideraron que la primera cifra era más que suficiente. A modo de comparación, la Little Boy de Hiroshima tenía tan solo 0,015 megatones de potencia explosiva, por lo que de repente resulta fácil comprender cuán destructiva podría haber sido ahora el arma soviética. A máxima capacidad, habría sido 6666 veces más potente que la Little Boy, que por sí sola mató a más de 150 000 personas.
Su radio de explosión fue tan grande que la bola de fuego se podía ver a más de 1000 kilómetros de distancia, y la onda expansiva que produjo dio tres vueltas a la Tierra. La herramienta ‘NUKEMAP’ del Blog de Secreto Nuclear nos permite ver cuán destructiva habría sido una bomba de 50 megatones de potencia, ya que colocar el radio sobre Nueva York no solo destruiría toda la ciudad, sino que su radio de radiación térmica (donde se sufrirían quemaduras de tercer grado) se extiende hasta Stamford, Connecticut.
Con informes de que la amenaza inminente de un asteroide que impactara la Tierra tendría “solo” la potencia de 500 bombas de Hiroshima, es aún más fácil comprender cuán terrible podría haber sido esta arma si hubiera sido desplegada por el ejército soviético. Además, la Bomba Zar es mucho más potente que cualquier arma nuclear actualmente en el arsenal estadounidense, y la bomba de gravedad B83, de 1,2 megatones, palidece en comparación con la bomba soviética, que ya lleva 60 años fabricando.
Se ha sugerido que las tensiones nucleares también se encuentran entre las mayores amenazas si estallara la Tercera Guerra Mundial, y que el peligro aumenta drásticamente cuando los países que poseen ojivas nucleares entran en conflicto.