Nieto Corre Peligro Después De Que Su Abuela Conservadora Prohibiera Las Celebraciones De Halloween – Historia Del Día

La anciana Margaret desprecia Halloween y planea evitar las festividades, pero cuando le piden que cuide de su nieto, Elliot, sus rígidas opiniones lo ponen en un peligro inesperado. Al verse obligada a enfrentarse a sus creencias, Margaret debe actuar con rapidez para protegerlo, lo que podría cambiar su relación para siempre. Era la víspera de Halloween y Margaret deseaba que fuera un día tranquilo. Planeaba mantener las ventanas bien cerradas y las cortinas tapando su hogar, no quería presenciar el caos que siempre acompañaba a la festividad.

Para ella, Halloween era una tontería, una celebración de la insensatez. No soportaba ver a los niños disfrazados de brujas, fantasmas o monstruos, y desde luego no aprobaba que sus padres fomentaran ese comportamiento. En opinión de Margaret, Halloween era un error, una fiesta que nunca debería haberse inventado. Iba totalmente en contra de sus principios. Todos los años, los niños de la zona sabían que no debían pasar por casa de Margaret a por caramelos. Ella había dejado claro con sus palabras cortantes y su escoba rápida que nadie era bienvenido a pedir caramelos allí.


Cada año acudían menos niños, pues comprendían que lo único que obtendrían de Margaret era una buena reprimenda, no un caramelo. Pero el plan de Margaret para pasar un día tranquilo se vio interrumpido a primera hora de la mañana, cuando sonó el teléfono. Su hija, Camilla, estaba al teléfono, preguntando si Margaret podía cuidar a su nieto, Elliot, durante unas horas. Camilla tenía una entrevista de trabajo urgente. Aunque Margaret ya no estaba acostumbrada a tener niños cerca, aceptó a regañadientes. Poco después llegaron Camilla y Elliot, y Margaret abrió la puerta para que entraran.

“Abuela, ¿dónde están todos tus adornos de Halloween?”, preguntó Elliot mientras miraba el salón.”No celebro esa fiesta”, dijo Margaret. Elliot frunció el ceño. “¿Por qué no? Halloween es divertido”. Margaret se enderezó y se volvió hacia él. “Porque es una fiesta absurda. Es vulgar, y no quiero formar parte de ella”, dijo, con un tono cortante que indicaba el final de la conversación.

Elliot parecía confuso, pero antes de que pudiera decir nada más, Camilla intervino y apartó suavemente a su madre.”Margaret, sé que siempre has odiado Halloween -comenzó Camilla con voz suave-, pero significa mucho para Elliot. Le encantaba salir a pedir caramelos con Jake. Ahora que Jake ya no está, quiero mantener viva esa tradición para él”. Margaret negó con la cabeza. “Ya sabes lo que pienso de esto”, dijo.

“Lo sé -replicó Camilla-, pero es tu nieto y quiero que tengan una relación mejor que la que tuvimos nosotros”.Margaret suspiró profundamente y su mente volvió al pasado. Camilla se había marchado de casa justo después del instituto, enfadada y deseosa de escapar. Durante años, no había habido llamadas, ni visitas, ni conexión alguna.

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